Historia De La Corbata
La fecha de nacimiento de la actual corbata se remonta a la segunda mitad del siglo XVII, con la llegada a Francia de los mercenarios croatas. Con su traje tradicional llevaban un pedazo de tela blanca, que llamaban 'hrvatska' (es decir: Croacia en idioma croata). La anudaban formando una rosita y dejando colgar las extremidades encima del pecho. La croatta les gustó mucho a los franceses que la adoptaron y llamaron cravate y luego la difundieron en todo el mundo.
Hacia el final del siglo XVII se impuso la costumbre de anudar suavemente la corbata al cuello, con las dos extremidades enhebradas en un ojal de la chaqueta o fijados con un broche. Durante la revolución francesa, la corbata se volvió un verdadero símbolo de estatus y por primera vez adquirió un valor político: el revolucionario la llevaba negra, mientras el contrarrevolucionario se la ponía blanca.
Vino luego el momento de los incroyables, gente elegante y extravagante cuya corbata tenía enormes dimensiones y llegaba casi a esconder la barbilla y el labio inferior. Fue importante en este periodo la persona de lord Brummel que para anudarse su corbata necesitaba la ayuda de dos mozos. Él mismo introdujo el empleo del almidón para que mantuviera su rigidez. En los primeros años del siglo XIX la forma de la corbata empezó a acercarse a la actual, aunque fuera más voluminosa y existieran solo tres colores: gris, negro y blanco. La moda había empezado a homologarse con algunas excepciones como el tipo lavallière, caracterizada por dos partes iguales en ancho y largo, que se volvió el emblema de los artistas y de los revolucionarios.
Con la reducción de las dimensiones del cuello de la camisa, para anudar la corbata se hacía un solo giro alrededor del mismo. Fueron aquellos los años en los cuales la corbata se difundió en todo el mundo. Las más típicas eran el nudo (o corbata larga), la galla (o papillón) y el plastron (ascot, o bufanda a la inglesa).
En época de Napoleón, éste llevaba siempre corbata negra con borde blanco, hasta que la mañana del 18 de junio de 1815 decidió cambiarse de corbata, perdiendo ese día la batalla de Waterloo, según indica el señor Beausset, prefecto de palacio. A partir de éste momento, el arte de anudarse al cuello un pedazo de tela se ha convertido en el signo más elegante de vestir del hombre. Ya en L'Art de se mettre la cravatte, publicado en París en 1827 y atribuido a Honorato de Balzac, se pone de manifiesto la importancia de esa prenda, con la descripción de veintidós maneras distintas de anudarse la corbata; por ejemplo Windsor (inglés), medio Windsor (español), four-in-and (americano), etc.
Las precursoras de las corbatas tal y como las conocemos hoy día son las que se usaban en clubes y colegios. Por ejemplo, en 1880, los miembros de la Universidad de Oxford se ataban las cintas de los sombreros alrededor del cuello. Así, el día 25 de junio de 1880, se creó la primera corbata del club, que confeccionara ésta prenda con los colores correspondientes. De ésta manera, la idea se fue propagando en los otros clubes, universidades y colegios.
La corbata moderna existe, en su forma actual, desde 1924, ya que alguien llamado Jesse Langsdorf encontró una manera de cortar la corbata con el menor desperdicio posible de tela, y la solución fue trazar un ángulo de 45 grados en la trayectoria del dibujo. Además, la seda no la cortó en una sola pieza, sino en tres, que se cosían luego en otro proceso. Patentó su invento y más tarde lo vendió en todo el mundo. Hoy en día, la mayoría de las corbatas se confeccionan de ésta manera.
A partir del año 2018 se ha comenzado a utilizar corbatas más informales, ya que las políticas de vestimenta en las oficinas han cambiado.
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